El cabello graso se refiere a aquel que segrega un exceso de sebo, lo que provoca que se vuelva graso rápidamente, incluso poco después del lavado. Es propenso al aplanamiento y a la caspa, y requiere lavados frecuentes.
La formación del cabello graso se puede atribuir a varios factores:
- Secreción excesiva de sebo en el cuero cabelludo: Una de las principales causas del cabello graso es la secreción excesiva de sebo en el cuero cabelludo. Esta producción excesiva de sebo puede deberse a factores genéticos, desequilibrios hormonales, estrés excesivo, mala alimentación, etc.
- Folículos pilosos hipersensibles: Las personas con cabello graso suelen tener más folículos pilosos, y estos folículos son sensibles a los andrógenos. Cuando los andrógenos interactúan con las enzimas de los folículos, pueden provocar un aumento de la producción de sebo.
- Hábitos incorrectos en el cuidado del cabello: usar productos para el cuidado del cabello que no sean adecuados para cabello graso, lavados frecuentes, usar agua caliente para lavar el cabello, uso excesivo de acondicionador, etc., pueden estimular el cuero cabelludo y aumentar la producción de sebo.
- Factores ambientales externos: Factores ambientales como la humedad, las altas temperaturas, los contaminantes, etc., también pueden afectar la producción de sebo. Las altas temperaturas y la humedad pueden estimular la secreción sebácea del cuero cabelludo, mientras que los contaminantes pueden obstruir los poros e impedir el flujo normal de sebo.

Para este tipo de cabello, se recomienda tomar las siguientes medidas de cuidado para ayudar a mejorar la condición del cabello:
Elige champús adecuados: Revisa la lista de ingredientes de los champús y evita aquellos con exceso de aceites o ingredientes hidratantes. Se recomienda usar productos sin silicona, ya que esta puede formar una película sobre el cabello y aumentar la sensación grasosa.
Controla la frecuencia del lavado: Las personas con cabello graso suelen necesitar lavarse el cabello con más frecuencia para controlar la producción de sebo. Se recomienda lavar el cabello cada dos días o cada dos días para evitar un lavado excesivo, que puede estimular la producción de sebo en el cuero cabelludo. Si notas que tu cabello se engrasa rápidamente después del lavado, puedes probar a usar champú seco en aerosol o en polvo para prolongar el tiempo entre lavados.
Use agua tibia para lavarse el cabello: Use agua tibia en lugar de agua caliente para lavarse el cabello, ya que el agua caliente puede estimular la producción de sebo en el cuero cabelludo. El agua tibia ayuda a limpiar el cuero cabelludo y el cabello, manteniendo el equilibrio natural de grasa del cuero cabelludo.

Masajee suavemente el cuero cabelludo: Durante el lavado, masajee suavemente el cuero cabelludo con las yemas de los dedos para limpiarlo y promover la circulación sanguínea. Evite aplicar demasiada fuerza para evitar que el cuero cabelludo produzca más sebo.
Controle el uso de productos capilares: Evite el uso excesivo de productos capilares, especialmente los que son grasosos o contienen mucha grasa. Si usa productos de peinado como gel o cera, elija productos sin aceite y evite aplicarlos directamente en el cuero cabelludo.
Evita tocarte el cabello en exceso: Tocarlo con frecuencia transfiere la grasa de las manos al cabello, aumentando la sensación grasosa. Intenta evitar tocarte el cabello con demasiada frecuencia para mantenerlo fresco.
Técnicas de secado: Se recomienda a las personas con cabello graso evitar el uso de secador o aire caliente, ya que el calor puede estimular la producción de sebo en el cuero cabelludo. Puedes secar el cabello al aire libre o con aire frío.
Distribuye los aceites del cuero cabelludo de manera uniforme: usa un peine de dientes anchos o un cepillo de cerdas naturales para peinar el cabello, lo que ayuda a distribuir los aceites en el cuero cabelludo de manera uniforme y a reducir la sensación grasosa del cabello.

Además de los métodos de cuidado mencionados, hay otras consideraciones: en cuanto a la dieta, preste atención al consumo de grasas saludables como aceite de oliva, aceite de pescado y alimentos ricos en vitaminas y minerales. Evite el consumo excesivo de grasas y comida chatarra. Controle el estrés y las emociones, ya que el estrés y la ansiedad pueden afectar la producción de sebo en el cuero cabelludo. Duerma bien, ya que dormir lo suficiente ayuda a mantener el equilibrio del cuerpo, incluida la salud del cuero cabelludo.
Siguiendo los métodos y consideraciones de cuidado adecuados, es posible mejorar eficazmente los problemas relacionados con el cabello graso. Sin embargo, dado que el entorno capilar de cada persona es diferente, puede requerir cierta práctica y adaptación para encontrar la rutina de cuidado más adecuada.